El COVID ya ha sido más mortal que la ‘Gripe Española’ en Estados Unidos

Por: Administración
2021-09-20 22:30:34
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EL FINANCIERO. Las muertes por COVID-19 en Estados Unidos han superado el número de víctimas de la pandemia de influenza de 1918, un hito que muchos expertos dicen que se pudo evitar después de la llegada de las vacunas.

Estados Unidos ha informado de 675 mil 446 muertes desde el inicio de la pandemia, según datos de la Universidad Johns Hopkins, más de las 675 mil que, se estima, murieron un siglo antes por la llamada “Gripe Española”.

Estados Unidos alcanza esa marca mortal a pesar de la amplia disponibilidad de las vacunas COVID, las cuales se desarrollaron en un tiempo récord en una muestra de los extraordinarios avances en la ciencia médica durante el último siglo. Las vacunas han sido pasadas por alto por unos 70 millones de estadounidenses elegibles para ser inoculados, muchos de ellos alentados por políticos republicanos y medios conservadores.

“Tener tantas personas que han muerto con la medicina moderna es angustiante”, alertó Eric Topol, director del Instituto de Investigación Traslacional Scripps, quien señaló que no había ventiladores ni vacunas en 1918. “El número en el que estamos representa un número que es mucho peor de lo que debería ser en Estados Unidos”.

El hito también se produce cuando la variante delta de rápida propagación ha llevado a la Unión Americana a una nueva fase peligrosa, acabando con las esperanzas de que la pandemia había sido superada y preparando el escenario para un invierno incierto.

Por supuesto, las comparaciones con la pandemia de 1918 son muy imperfectas. Para empezar, Estados Unidos tiene aproximadamente tres veces más residentes que hace un siglo, lo que significa que la tasa de mortalidad implícita es aproximadamente un tercio más alta.

Diferentes objetivos

La pandemia de 1918 también apuntó a muchos jóvenes, mientras que hasta ahora el COVID ha matado principalmente a personas de 65 años o más, además de que las pandemias se han desarrollado a ritmos muy diferentes, según John Barry, autor de “The Great Influenza: The Story of the Deadliest Pandemic in History”, señaló que la pandemia de 1918 causó la mayor parte de sus daños durante un período de 14 a 15 semanas en la última parte de ese año.

“Eso fue mucho más intenso, mucho más aterrador”, mencionó Barry sobre la tragedia anterior. Sin embargo, aseguró que el estrés causado por el COVID ha sido más duradero, “y el daño económico es mayor en años luz”.

Hay otras razones por las que las cifras pueden no reflejar diferencias significativas. La estimación de 675 mil de 1918-19 se basó en extrapolaciones de datos irregulares. Si bien son imperfectas a su manera, las estadísticas de COVID probablemente sean mejores.

Durante eventos extremos como pandemias, los expertos utilizan los denominados estudios de exceso de muertes como una forma de estimar los fallecimientos, esencialmente comparando el número de muertes en el período atípico con tiempos “normales”. Una estimación de exceso de muertes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos sugiere que ha habido hasta 830 mil 443 muertes de este tipo durante la pandemia de COVID, lo que significa que las cifras oficiales podrían ser un recuento insuficiente.

El exceso de muertes no contabilizadas también puede reflejar el precio de las interrupciones en la atención médica y otros subproductos indirectos de la pandemia.

Las vacunas se lanzaron por primera vez en la Unión Americana en diciembre y han estado ampliamente disponibles durante meses. Desde entonces, la gran mayoría de las muertes se han producido entre personas no vacunadas.

“Existe tanta desinformación que algunas personas pueden no estar convencidas” de los beneficios de las vacunas, lamentó Bertha Hidalgo, epidemióloga de la Universidad de Alabama. “Esas son absolutamente las muertes que se pueden prevenir”.

Un estudio de los CDC de este mes encontró que las personas que no estaban completamente vacunadas esta primavera y verano tenían más de 10 veces más probabilidades de ser hospitalizadas y 11 veces más probabilidades de morir de COVID que aquellas que estaban completamente vacunadas. Si bien la propagación de delta ha provocado más casos entre los vacunados de lo que muchos anticipaban, la vacuna aún protege bien contra enfermedades graves.

Topol, el director de Scripps, dijo que Estados Unidos ha fallado de otras maneras. El uso de mascarillas ha disminuido significativamente y la mayoría de la gente sigue usando mascarillas de tela, que han demostrado ser mucho menos efectivas que las mascarillas quirúrgicas y N95. Agregó que debe haber una distribución generalizada de máscaras de grado médico y pruebas rápidas de COVID en el hogar que puedan ayudar a detectar infecciones desde el principio.

“Las vacunas son una parte primordial de la estrategia, pero también hemos fallado en otras medidas”, apuntó Topol. “Estamos librando esta guerra con las dos manos a la espalda”.