Opinión / Entomafobia

¿Para qué?

Mis fieles tres lectores, no saben las dificultades que he pasado para escribir esta columna. En verdad llegué a un punto en el que me pregunto ¿para qué? Me siento un tanto rebasado por los titulares cada día en los diferentes medio que consulto para prepararles este espacio.

Quizás sea justo decir que he caído en el hartazgo. No puedo con la indolencia y el cinismo que cada se lanza desde Palacio Nacional cada mañanera. Es verdad que el presidente nunca me generó mayor expectativa, esperaba un gobierno mediocre que sacara la chamba (más o menos) y ya. Sin embargo, lo que nunca esperé ver era un gobierno indolente, caprichoso, irresponsable…

Ya se ha hablado mucho de la tardía e insuficiente respuesta a la pandemia. Se ha mencionado hasta el hartazgo de la incapacidad del primer mandatario para comprender las demandas del movimiento feminista. La andanada en contra de los periodistas desde el pulpito del presidentito es un día y otro también, preocupante es la tendencia de asesinar al mensajero y desviar la atención del mensaje… preocupante la estigmatización de comunicadores cuando México es el país más peligroso de nuestro continente para la profesión. La corrupción de sus cercanos que cada vez es más evidente y la defensa ciega del primer mandatario, carente de autocrítica. La falta de resultados en salud, economía, seguridad… y todo sigue siendo culpa del pasado neoliberal, pero una palabra (ya ni hablar de acciones) de RESPONSABILIDAD ¿No están cansados? Yo sí.

No hemos hablado en este espacio de la política exterior y me pregunto ¿para qué? La designación de embajadores fue simplemente patética, y la reacción del presidente, peor. El caso más notorio fue el de Panamá, a cuya representación pretendían enviar a un personaje que NO es diplomático, está señalado de acoso sexual y cuyo único mérito es ser cercano al presidente y su esposa. La bofetada del país centroamericano fue discreta y sonora: rechazaron a Salmerón y también a Jesusa y el en aquellas tierras (y en el conjunto centroamericano), el presidente quedó como un personaje infantil.

Y en pleno escándalo de su hijo José Ramón, se inventa una pausa de relaciones con España… y si no bastaba un lodazal, peleemos con Austria por un penacho que corre más riesgo de dañarse en un traslado… y si eso no basta peleemos con el vecino de norte porque no nos gusta que su secretario de estado nos recuerde la triste situación de los periodistas…   

Me he reservado hasta el tema de la invasión rusa a Ucrania, de mencionar la incapacidad del camarada Amlovich para unirse al resto del mundo en la condena a Rusia. La necedad de poner en la embajada en Rusia a un burócrata aplaudidor (cercano a doña Beatriz) en lugar de a un diplomático de carrera, pero me tranquiliza (un poco) que al menos, la política exterior del país no recaen por entero en este señor tan ocurrente y que, sí, un tanto a regañadientes, el canciller Ebrard ha dado indicios de sensatez. Que el representante del país en la ONU, el Dr. De la Fuente tiene las credenciales para sopesar el momento… porque si esto dependiera del señor ocurrencias, no quiero ni imaginarme.

Mejor les comparto algo que me tiene muy contento y es que mi libro más reciente, “La rifa del tigre” salió a la venta en noviembre pasado de la mano de la editorial Los Libros del Perro ¿ya tienen su ejemplar?

Me despido, entomafóbicos. Y hoy recordemos el trabajo de Pedro Carrizales, “El Mijis”, fallecido en Tamaulipas en un terrible accidente de tráfico. El Mijis llevó la bandera de los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBT+ al congreso del estado de SLP. Luchador por la reinserción social y los migrantes. Que en paz descanse.

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