Opinión / Entomafobia

Los secretarios, la prensa y los ex presidentes

Mis queridos entomafóbicos, me había tardado un poco en actualizar la columna y es que con tanto disparate es difícil saber por dónde empezar.

Comencemos con la comedia de enredos que vimos cuando el subsecretario de Hacienda (Arturo Herrera) anunció la posibilidad de volver a cobrar la tenencia de vehículos a nivel federal, mensaje que no cayó nada bien a nadie, pero que no evito que los AMLOvers maromearan ni que los contras dijeran “se los dijimos”. En fin, que oso ser Arturo Herrera al día siguiente, cuando Cabecita de Algodón dijo en la liturgia mañanera (porque tanta referencia bíblica en la conferencia de prensa del pejidente no se escucha ni en una misa) que no se subirían los impuestos, estando el subsecretario presente. Ni modo Arturo, te calabacearon.

El segundo enredo se dio después de la comparecencia del secretario de la comunicaciones y transportes, Jiménez Espriú ante los senadores cuando estos le preguntaron por la supuesta corrupción en las obras del ya cancelado aeropuerto de Texcoco, el señor secretario dijo que corrupción, así que tu digas corrupción, corrupción… pues no encontraron, que la cancelación de la obra fue por cuestiones técnicas y costos… ¿Qué? ¿pues no fue ese siempre el argumento? Así se lo cuestionaron al tlatoani al día siguiente durante su culto mañanero y dijo que la cancelación del aeropuerto de Texcoco sí fue debido a la corrupción y otras inmoralidades ¿entonces? ¿en qué quedamos?

Y hablando de las mañaneras, no se ustedes queridos lectores, pero yo estoy muy satisfecho de que Jorge Ramos haya acudido y cuestionado hasta la incomodidad al pejidente. Y no es que me le alegre la forma en como se exhibió al primer mandatario de cuan intolerante puede ser a la crítica, ni cuan evasivo puede ser cuando no quiere abordar un tema, ni que deje en claro que no tiene ni peregrina idea de como atacar el tema de la seguridad ni con guardia nacional a modo con militares encabezándola. Ramos le puso sabor a las mañaneras y entre muchos periodistas a modo que son mayoría (tengo una fuente por ahí que me asegura que a determinados medios no les niegan la entrada, pero nada más no les pasan el micrófono durante la eucaristía morena, pero esa es otra historia), Ramos cuestionó, con las cifras (oficiales, además), logró incomodar y reveló una debilidad de la que el equipo cercano a Cabecita de Algodón debe cuidar. La respuesta posterior del mandatario y allegados es simplemente de pena, desde el pulpito, no amenaza, no, pero les recuerda a los periodistas que, si no son “buenos y prudentes”, el pueblo bueno y sabio los crucifica.

Se me acaba el espacio, pero no quiero cerrar esta entomafobia sin tocar el tema de la protección especial que el estado tuvo que proporcionar al expresidente Fox, tras denunciar que un supuesto comando intentó penetrar a su propiedad y responsabilizaba al Camarada AMLOvich de lo que le ocurriera a él, su familia o su patrimonio. Bueno, pues el gobierno de la transformación de cuarta tuvo que poner a disposición del exmandatario a 8 elementos del ejército para su seguridad, eso sí, salen más baratos que el EMP y al final trascendió que nunca hubo tal comando… Fox se salió con la suya, pero destapó sin proponérselo que no sólo a él le dieron protección del estado, ya que desde hace por lo menos dos meses, una escolta de 8 elementos del ejercito se encargan de la seguridad del expresidente Calderón y la pregunta de todos fue ¿por qué no estábamos enterados? AMLO dijo que fue a solicitud de Felipillo y si no se hizo público porque sería de “mal gusto” revelarlo…. ¿no es de muy mal gusto también, abanderar la transparencia en el discurso, pero olvidarla ya estando en el despacho?

A este paso no nos extrañemos que ¡hasta Peña Nieto tenga escolta a costa del erario!

Caricatura de Hernández

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