Científicos proponen justo medio contra fake news

Por: Administración
2022-08-03 17:11:50
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EXPANSIÓN. Las fake news cuentan lo que la gente quiere leer, aunque no sea verdadero. Por la emoción, la alarma o el escándalo que detonan son compartidas sin reflexión previa. Para evitar su proliferación, hay que enfrentarlas con el intelecto.

Para evitar los extremos de las exageraciones, ya sean para bien o para mal, el ser humano debe permanecer equidistante a ellas, ahí donde se encuentra esa dorada neutralidad también conocida como imparcialidad.

Esto ya lo había descubierto Aristóteles, hace más de 2 mil años; en el libro II de su obra Ética a Nicómaco, escribió lo siguiente:

“La virtud es una disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio relativo a nosotros, el cual está determinado por la regulación recta y tal como lo determinaría el hombre prudente”.

Enfrentar las fake news desde el justo medio

Basados en esta enseñanza, Miguel Alcubierre, físico teórico; Chantal Chalita, ingeniera ambiental; y Leonora Milán, bióloga y filósofa de la ciencia, coincidieron en que no se trata de creer a pie juntillas, pero tampoco de negar completamente la información que pulula en internet, sino de leerla desde el enfoque de la duda razonable. Esto durante Creadores de contenidos, la ciencia y la desinformación en México, diálogo auspiciado por 3M, en la Ciudad de México.

Esta conclusión es crucial sobre todo en una época, la actual, en que hay una gran inclinación por compartir noticias sobre productos milagro para curar enfermedades, avistamientos de seres de otros planetas o predicciones precisas de terremotos, por mencionar algunos ejemplos del tipo de información sin respaldo científico que circula en las redes sociales.

“Una regla de oro para el discernimiento es que si algo suena completamente fantástico, muy probablemente es fantástico. Entonces es conveniente tener cierto nivel de escepticismo y cuidado con las noticias cuando son muy exageradas”, expresó Alcubierre.

Cuando uno lee una noticia de ciencia, siempre hay que preguntarse de dónde viene y cuál es la evidencia que la respalda, de acuerdo con este experto, quien precisó lo siguiente:

“Ser escéptico no es ser negacionista; ser escéptico es más bien no aceptar las cosas si no hay evidencia; mientras que ser negacionista es no aceptar nada, aunque haya evidencia”.

He ahí la sutil diferencia por la que se considera negacionista al terraplanista que no acepta la redondez de la Tierra y simplemente escéptico a quien no cree que se puedan aprender idiomas a través de métodos de hipnosis.

Respecto a temas ambientales, las fake news también están a la orden del día. Por ejemplo, es común leer noticias sobre proyectos 100 % ecológicos, aunque ese porcentaje no se aclare a qué se refiere.

Para alcanzar el rango de sustentable un producto debe ser ambiental, económica y socialmente viable. Con fundamento en este principio, Chantal Chalita aconsejó ejercer el escepticismo para no caer en el “greenwashing”, término derivado de “brainwashing” (lavado de cerebro), el cual alude a los embustes verdes.

“Hay que preguntarse si el material es renovable, si detrás de la manufactura no hay esclavitud moderna y, finalmente, si hay algún subsidio de respaldo”, contó esta ingeniera ambiental. Así se puede tener una primera aproximación de si en realidad el producto en cuestión es sustentable.

Chalita también sugirió que lo más conveniente es difundir noticias de proyectos ecológicos ya en marcha más que de prototipos cargados de buenas intenciones, pero sin haber sido aplicados en la vida real.

“Si la acción se está llevando a cabo, por mínima que sea, ya es algo tangible que dice mucho más que si nada más se trata de metas que supuestamente se van a alcanzar en el futuro”.

La victoria de vencerse a uno mismo

En esta batalla contra las fake news, a veces se nos olvida que también la victoria se alcanza cuando el derrotado es uno mismo, porque en muchas ocasiones la desinformación es fomentada por solamente leer noticias que nos den la razón.

“Esto se llama sesgo de información y sucede cuando vamos por la vida buscando respuestas que simplemente confirmen lo que ya creemos, para sentirnos bien con nosotros mismos”, platicó Leonora Milán.

De esta manera, se crea una especie de burbuja informativa en la que no puede entrar ningún dato que contradiga una interpretación consolidada a lo largo de días, meses o años. En este contexto cerrado se atienden opiniones con sustento científico, pero nada más de un tipo. Ahí se esconde el peligro de quedarse solamente con parte de la verdad.

“Conviene atender otras opiniones, para que quizá nos demos cuenta de que estábamos equivocados. Hay que salir un poco de nuestro propio círculo de conocimiento en el que solemos sentirnos cómodos”, señaló esta filósofa de la ciencia.

Sin embargo, hacer esto es remar a contracorriente en internet, porque ahí abundan los algoritmos que registran nuestro comportamiento para después ofrecernos sugerencias que correspondan con nuestras búsquedas previas.

Por ello, hay que redoblar esfuerzos para no seguir la tendencia de nuestras costumbres digitales. Algo que, sin duda, requiere recordar el significado de la virtud, esa “disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio relativo a nosotros”, según el más brillante discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno.

“Debemos buscar, ir a páginas web que no son necesariamente las que siempre visitamos. Salgamos de ese contenido que se nos está dando continuamente para confirmar lo que ya sabemos. Se trata de un camino para extender nuestro mar de posibilidades y ser más críticos no con los demás, sino con nosotros mismos”, concluyó Milán.