EL HORIZONTE. La crisis forense en Tamaulipas se profundiza ante la falta de identificación de restos humanos localizados por colectivos de búsqueda en distintos puntos del estado. En lo que va del año, el colectivo Amor por los Desaparecidos en Tamaulipas ha documentado al menos 27 sitios con restos óseos en zonas ubicadas entre Reynosa y municipios de la región Ribereña, sin que hasta ahora se haya logrado identificar a las víctimas.
Los hallazgos, realizados con recursos propios y sin acompañamiento constante de las autoridades, se dan en terrenos aislados y de difícil acceso, donde los integrantes del colectivo realizan recorridos basados en reportes anónimos o en su conocimiento del contexto de desapariciones.
“Lo primero que nos percatamos es que fueron unos tenis calcinados y después ya entramos un poquito más al área y encontramos dos concentraciones de huesos calcinados, restos óseos, dos áreas, una donde había más cantidad y otra donde había menos”, narró Mariana Tagle, integrante del colectivo.
Pese a que los sitios con restos son reportados de inmediato a las instancias correspondientes, el seguimiento institucional es lento y, en muchos casos, nulo. Esto ha sido señalado como uno de los principales indicadores de la crisis forense que enfrenta el estado.
“Nosotros tenemos el problema de la crisis forense, porque ahorita, si no mal recuerdo, es el punto número 27 que tenemos localizado. Entonces todos están pendientes. Éste se levantó en su totalidad, no va a quedar agendado para fiscalía, pero sí es importante que tenemos demasiados puntos pendientes por levantar. Nosotros los encontramos, pero ahí siguen estando. Entonces se pierde evidencia con las lluvias, con el calor, con el aire”, explicó Tagle.
El colectivo ha enfatizado que, hasta el momento, ninguno de los cuerpos o restos hallados ha sido identificado, lo que impide a las familias cerrar el ciclo de búsqueda y acceder a la verdad sobre el paradero de sus seres queridos.
A pesar del contexto adverso, el colectivo mantiene activa su labor de búsqueda y continúa recibiendo pistas, principalmente a través de redes sociales. Estos reportes ciudadanos les permiten localizar nuevos puntos y mantener viva la esperanza de que algún día puedan devolverle el nombre a los restos encontrados.
“La mayoría son reportes anónimos. También en nuestras búsquedas de campo salimos, nosotros escogemos un tramo en donde decimos: vamos a recorrer, y ahí hemos tenido la suerte, pudiéramos decir, de encontrar, porque conocemos el contexto y sabemos más o menos en qué áreas podemos dirigirnos”, concluyó la activista.
El trabajo de los colectivos de búsqueda, aunque vital, sigue enfrentando serias limitaciones por la falta de recursos, la burocracia institucional y la inacción de las autoridades, lo que retrasa el acceso a la justicia para cientos de familias tamaulipecas.