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Violencia cotidiana en Ciudad Universitaria: 400 delitos en un año dentro del mayor campus del país

Por: Administración
2025-12-18 19:52:50
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NEWS DIGITALES. La violencia dentro de los campus universitarios dejó de ser un fenómeno excepcional para convertirse en una experiencia cotidiana en varias instituciones de América Latina. El caso de Ciudad Universitaria de la UNAM, donde se registraron casi 400 delitos en un año, expone una realidad que afecta a estudiantes, docentes y trabajadores en el mayor centro educativo del país. Robos, acoso sexual, narcomenudeo y agresiones forman parte de una dinámica que erosiona la sensación de seguridad en un espacio históricamente concebido como abierto y plural.

La magnitud del problema no se limita a los números oficiales. La percepción de riesgo condiciona la vida diaria: estudiantes que evitan transitar solos, cambios de horarios, rutas alteradas y una vigilancia informal que sustituye la confianza institucional. La política de puertas abiertas, símbolo de inclusión y libertad académica, convive con fallas estructurales de control que permiten la presencia de actores violentos dentro del campus sin consecuencias visibles.

Violencia cotidiana y respuestas limitadas

En la UNAM, los focos de inseguridad se concentran en zonas específicas, como facultades con alta circulación y espacios poco iluminados, donde la venta de drogas ocurre a la vista de todos. Las denuncias por acoso y agresiones sexuales, especialmente en baños y salones aislados, llevaron a la instalación de botones de emergencia y a reformas normativas que tipifican la violencia de género como falta grave. Sin embargo, colectivos estudiantiles sostienen que estas medidas son reactivas y no logran disuadir a los agresores.

La desconfianza hacia los cuerpos de seguridad internos profundiza la crisis. Testimonios que apuntan a omisiones o colusión de vigilantes alimentan la idea de un sistema incapaz de proteger a su comunidad. Casos emblemáticos del pasado, como feminicidios y muertes vinculadas a la seguridad universitaria, siguen pesando en la memoria colectiva y refuerzan la sensación de impunidad que rodea a la violencia cotidiana.

Un problema regional que trasciende el aula

Lo ocurrido en México dialoga con episodios más extremos en otros países de la región. En Colombia, el feminicidio de una estudiante dentro de la Universidad del Valle reabrió el debate sobre la violencia machista en la educación superior, mientras que ataques armados en entornos universitarios de distintos países evidencian la fragilidad de estos espacios frente a contextos urbanos marcados por la criminalidad. Aunque los niveles de violencia varían, el patrón es común: los campus no están aislados de su entorno social.

La respuesta institucional suele llegar tarde o resultar insuficiente, lo que deriva en paros, tomas y movilizaciones estudiantiles. Más allá de las particularidades nacionales, el desafío es compartido: garantizar seguridad sin sacrificar apertura, y construir políticas preventivas que integren enfoque de género, coordinación con autoridades externas y rendición de cuentas internas. Sin ello, la normalización de la violencia seguirá vaciando de sentido a espacios llamados a formar pensamiento crítico y ciudadanía.


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