Haz de cuenta que no nos ven: ‘Vivos’ documenta el dolor de Ayotzinapa

Por: Administración
2020-05-08 20:55:18
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La cultura de la desaparición y la impunidad es capturada en Vivos, documental que estudia cómo es que las familias enfrentan la vida y las ausencias, después de que 43 de sus hijos, hermanos y compañeros fueran borrados del mundo en Iguala, el 26 de septiembre de 2014. Dirigido por el artista visual chino Ai Weiwei, y después de su estreno en Sundance 2020 y en FICUNAM, el filme llegó de nuevo a las audiencias mexicanas como parte de la selección de Ambulante en Casa

Vivos se suma a la lista de proyectos audiovisuales que han abordado desde distintos enfoques la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa. Mientras algunos de ellos han analizado el suceso desde la reconstrucción de los hechos, más cercanos al reportaje investigativo, el documental de Ai Weiwei busca darle una expresión visual a una cultura desprovista de justicia. ¿Qué sucede con los individuos de una sociedad que vive en el trauma, sin el pilar fundamental de la justicia social?

“Ya hay varios documentales enfocados a los que pudo haber sucedido, pero realmente poca visibilidad de lo que esto representa para la familia”, nos dice la productora mexicana Elena Fortes (Familia de medianoche), quien fue contactada por Ai Weiwei hace un par de años para invitarla a producir el proyecto. “Me gustó mucho esta intención que tenía él de enfocarse más en cómo se vive la desaparición que en los hechos. Ésta relación directa con quienes han perdido a sus seres queridos me parecía muy importante”.

Conocido por su interés en las luchas de justicia social y de derechos humanos, Ai Weiwei entró en contacto por primera vez con el tema de la desaparición de los estudiantes después de ser invitado al Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) para crear una exhibición artística. Aunque ya guardaba deseos de explorar la cultura mexicana, “tan similar” a la china en muchos aspectos –según comentó a The Hollywood Reporter en enero 2020–, fue hasta que conoció a las familias a través del Centro Prodh, una organización de derechos humanos, que se decidió a hacer un documental. 

“En una primera instancia pensamos que quería hacer un video que acompañara su exhibición en el MUAC, y ya cuando nos reunimos con él nos dimos cuenta de que quería hacer un documental sobre esto”, nos dice la productora. “De ahí surgió este proyecto que fue bastante complejo. Implicó el trabajo de tres equipos liderados por directores locales e investigadores, los productores asociados y Ai Weiwei, quien pasaba unas temporadas aquí pero no durante todo el rodaje. La logística fue bastante compleja”.

Además de los temas de seguridad, una de las preocupaciones principales fue que el documental no presentara una mirada que se sintiera ajena o extranjera. Para ello trabajaron de la mano del Centro Prodh y de los investigadores Paula Mónaco, Daniela Rea y John Gibbler. Asimismo, tras la cámara, el departamento de fotografía contó con cinco miradas: la de Ai Weiwei y su cinefotógrafo Ma Yan, así como la de tres mexicanos con amplia experiencia en retratar esas realidades, como son Ernesto Pardo (Tempestad, Guerrero), Carlos Rossini (Guerrero, La camarista) y Bruno Santamaría Razo (They Took Them Alive).

“Una de sus prioridades  [de Ai weiwei] en todos sus proyectos fílmicos es el trabajo con talento local. Él entrevistó y eligió a varios cinefotógrafos mexicanos y fue una colaboración interesante, porque además de ese talento local, sonidistas, etc, también estuvieron Jennifer  [Ng, asistente del artista] y su cinefotógrafo. Fue una colaboración multicultural”. 

Bajo dicha mirada de múltiples sensibilidades Vivos es, de cierta forma, un documental sobre las invisibilidades, sobre aquello que está fuera de nuestra vista. Están los perpetradores del Estado y del crimen organizado, que se ocultan uno al otro, los puntos ciegos de la investigación, el gobierno que no se hace presente, las familias campesinas que viven en la marginación y esos padres que hablan de sus hijos desaparecidos siempre en tiempo presente, como se habla de los vivos, aunque no los puedan ver. “No sé en qué mundo está”, dice uno de ellos a la cámara; “no sé si está comiendo bien, si tiene frío”, dice otra madre; “¿qué tal que me pongo a trabajar en lugar de estar luchando y marchando y al otro día llega mi hijo? ¿con qué cara me va a ver?”, pregunta otro. 

Para Elena Fortes, es en esta invisibilización en donde entra el cine. “Una función que puede tener el documental en el caso del documental de Ai Weiwei es visibilizar. Lo que sucedió en Guerrero y el hecho de que no hay justicia a la fecha. ¡Seis años después! Podemos cambiar percepciones, en algunos casos incluso el comportamiento y cómo nos relacionamos con esos temas y esas personas. Puede llegar a cambiar estructuras. En el momento que establece una relación empática con otros puntos de vista ya está cambiando la percepción del espectador”.

Fuente: Jessica Oliva / Cine Premier