Aceptación

Por: Patricia Garcés
2020-05-28 19:41:49
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Soundtrack para esta columna: “Chasing Pavements” Adele

“Should I give up

Or should I just keep chasing pavements?

Even if it leads nowhere

Or would it be a waste?

Even If I knew my place should I leave it there?

Should I give up

Or should I just keep chasing pavements?

Even if it leads nowhere”

 

 

La aceptación es aceptar (no pos guau) eso me dijo San Google cuando busqué el significado del concepto para esta columna. Tengo que reconocer ya de entrada que SIEMPRE me ha causado trabajo esta definición, porque para mí la aceptación significaba tolerar cosas, personas o situaciones que no me gustaban, que no me hacían feliz y señoras y señores, yo tengo en mi ADN la vena de “luchadora”, no acepto de manera fácil, por no decir que simple y llanamente no tolero las cosas que no me gustan. Hago todo lo posible por cambiarlas y este, a lo largo de mi vida, ha sido un camino desgastante, porque me hace experimentar hacía todo lo que me es inaceptable un profundo rechazo y eso, no es sano.

Imagínense ir por la vida en modo: yo te cambio porque te cambio (ante cualquier situación que no me parecía adecuada) ya llego tu mejoradora papito (cuando tenía una pareja que hacía cosas que no me parecían apropiadas) o peor aún, ver a los demás y las demás como idiotas porque no hacen las cosas como tú las harías. La.Superioridad.Moral. Me doy penita ajena, pero también en los últimos años he aprendido a tenerme compasión y a aceptar mis errores del pasado (¿a veda?, ya ando aceptando, puntito para mi).

Volviendo a lo que les contaba, para mi aceptar era de “loosers”, o sea ¿Cómo vas a aceptar las cosas que no te gustan? ¿Cómo vas a tolerar comportamientos non gratos? ¿Significa eso que tienes que aguantar a personas y situaciones desagradables todo en nombre de la aceptación? Pues no mis cielas.

La semana pasada platiqué con una de mis grandes amigas, Diana, la de Reynosa, no la de Tijuana. Porque verán ustedes, el destino me ha bendecido con grandes Dianas en mi vida, también tengo una en McAllen ¡las Dianas son lo máximo!, doy fe, en fin, regresando a mi idea original y saliendo de mi idea secundaria con las que mi amiga Alisma dice que siempre me distraigo al escribir (tal parece que tengo HARTAS ideas secundarias, cúlpese a mi déficit de atención) ¿Que les iba yo diciendo? ¡Ah! sí, que estaba platicando con Diana y nos pusimos existencialistas como solemos hacer cuando nuestros críos nos dan un break y llegamos al tema de aceptar personas o situaciones, diablos, hasta aceptarse a una misma. Le platiqué a Diana mi actitud en el pasado sobre la aceptación pero que ya cambie mi óptica acerca de todo este asunto, porque pues la vida tiene una manera tan bonita de que nos demos de topes una y otra vez para ver si así aprendemos y ya ando aprendiendo que la aceptación no es como yo pensaba, no es como yo creía.

Déjenme les comparto mi descubrimiento personal: muchas, muchísimas cosas, personas o situaciones simplemente NO van a cambiar por hartas ganitas que nosotros le echemos y nos toca simplemente ACEPTAR (y si ustedes llegaron a esta conclusión antes que yo en mi vida, los felicito) pero aceptar, queridas compañeras y compañeros no es un acto pasivo como yo creía, aceptar algo es por fin bajar los brazos, dejar de “luchar”, entender que el asunto hasta ahí llego y entonces, de forma activa poner un límite que nos de paz. Puede ser un límite físico o puede ser un límite emocional. Por ejemplo, si estoy conviviendo con alguien cuya actitud me daña, acepto que esa persona es así y elijo irme, marco un límite físico: me mudo de casa, elimino el contacto con dicha persona, dejo de verla, you name it o marco un límite emocional, en mi opinión, el más difícil, porque si decido quedarme entonces debo de elegir no enredarme más en esa maraña que me hace daño, dejar de quejarme de lo mismo una y otra y otra vez, abandonar las conductas codependientes que tanto placer nos generan (aunque las disfracemos de otra cosa) y eso implica un gran trabajo individual.

Después de este choro mareador que les acabo de tirar, he estado pensando estos últimos días como podemos implementar la aceptación en el marco de esta pandemia y les dejo aquí algunas ideas:

¿Seguiremos infartándonos cada que vemos a alguien “afuera” porque creemos que debería de estar “adentro”?

¿Pasaremos un mal rato si las personas no acatan las diversas recomendaciones: si salen sin cubrebocas, si hacen fiestas, si entran de a 5 a la tienda en lugar de una persona por familia y así un larguísimo etcétera?

¿Nos resistiremos a la idea de que las cosas ya no van a regresar a la “normalidad” en un buen rato o tal vez nunca?

¿Por fin encontraremos la manera de aceptar todo esto tal y como es para llegar a la paz interna tan necesaria en estos tiempos?

¿Tendremos el valor de enfrentarnos con nuestra mortalidad? ese será tema de otra columna.

¿Se acuerdan que en mi columna anterior les dije que estaba teniendo muchas pesadillas? pedí consejo a mis amigos y amigas de Facebook al respecto y alguien me sugirió un “diario de sueños”. Me pareció buena idea y lo apliqué una semana. Para quién no sepa que es, consiste en despertar y anotar en un cuaderno todos los detalles de los que te acuerdes de tu sueño y si te aventuras, puedes intentar descifrar que te esta diciendo tu subconsciente. Pues miren, lo hice cuatro o cinco días, sin el análisis porque ahorita tengo cerebro de pandemia pero el simple hecho de escribir mis pesadillas fue finalmente ACEPTAR que eso estaba pasando, que sí, que las estaba teniendo y no había nada que pudiera hacer al respecto, no había te mágico, aromaterapia o cualquier otro método que pudiera evitarlas y ¿Que creen? En cuanto las acepte las deje de tener ¿Casualidad? No lo creo.

Y así las cosas.

 

 



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Patricia Garcés

Reynosense. Licenciada en comercio internacional. Educadora sexual, Educadora y Consejera en Lactancia y Educadora en Salud Materna. Madre. #HomeSchoolMom. Sí, soy una de "esas feministas". Molestando a la humanidad desde 1976. Me gustan los perros. Nueva Karen por culpa de Ginger.

Correo electrónico: pat1228g@gmail.com

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