“Informe refleja que el Presidente no entiende ni le preocupa la ciencia”

Por: Administración
2020-09-08 01:52:31
1109

En el resumen de su discurso sobre ciencia y tecnología enmarcado en el Segundo Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a “desterrar la corrupción del Conacyt”, de haber asignado más becas a estudiantes y haber “sentado las bases de la dependencia tecnológica” con la creación de ventiladores ante la emergencia de la pandemia. Sin embargo, dichos “avances” son más bien presunciones que quedan en entredicho por ser poco fiables, de acuerdo con Antonio Lazcano. 

En entrevista, el miembro de El Colegio Nacional y Premio Crónica puntualiza sobre cada punto y sobre el centralismo con el que Conacyt, encabezado por Elena Álvarez-Buylla, sigue alejándose de la comunidad científica. 

ACUSACIONES SIN RESULTADOS. Una de las banderas de este gobierno ha sido el combate a la corrupción, donde se supone que ha habido resonancia en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), sin embargo, hasta ahora sólo ha habido acusaciones sin probar de Álvarez-Buylla, señala el profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM.  

“Esto ha dañado al sistema e, institucionalmente, es una pérdida de tiempo aterradora porque es un esfuerzo mal dirigido. La directora del Conacyt padece de incontinencia acusatoria: al principio de la administración dijo que había pruebas de un fraude de más de 50 mil millones de pesos, más que la ‘Estafa Maestra’. De ser así que lo pruebe”.

Posteriormente, acusó al Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT) de no representar a nadie, por lo que lo excluyó de una serie de decisiones que derivaron en amparos, añadió. Adicionalmente, acusó a su coordinadora, Julia Tagüeña, de malversación de 50 millones de pesos y tampoco lo probó.

“Después me acusó a mí de haberle ‘incumplido al pueblo de México’ por faltar a unas juntas, lo cual es una visión rara de traición a la Patria y no comprobó nada, ni siquiera tenían las fechas correctas ni un calendario coherente”.

Lazcano enfatizó que nadie está a favor de la corrupción ni de que quede impune un delito; sin embargo, han faltado las pruebas, por lo que esas declaraciones, junto con las del Presidente, permanecen sólo en el discurso político. 

Esas acusaciones, enfatizó, sólo tensan las relaciones de la comunidad científica y aumenta el divorcio del Conacyt —de ella en especial—  con el resto de la comunidad, e impide la creación de un diálogo que se convierta en un proyecto común, razonable y coherente, capaz de resolver problemas. “Sorprende que siendo científica, y ahora política, haga afirmaciones sin demostración”. 

¿INDEPENDENCIA TECNOLÓGICA? En su discurso del martes, el Presidente se refirió a la creación de los ventiladores para atender a personas con COVID, creados con Conacyt y que fueron entregados con retrasos, pero presentados con fanfarrias en Palacio Nacional. Para el Presidente fueron una muestra de independencia tecnológica. 

Sin embargo, ventiladores creados por la UNAM, el IPN y el Cinvestav, entre otros, habían sido desarrollados meses atrás y esperaban una larga aprobación de Cofepris que no llegaba. 

“No se ha aclarado por qué se retrasó la aprobación de los otros ventiladores hasta que no estuvieron listos los del Conacyt”, apuntó Lazcano, quien recuerda que cuando padeció peritonitis hace 30 años debió utilizar uno, bajo la supervisión de tres especialistas. 

El desarrollo de ventiladores fue parte de la estrategia de conversión hospitalaria del gobierno federal, la cual fue exitosa, pero no se tomó en cuenta la preparación del personal médico “ni el hecho de que es el último paso de una cadena de prevención, divulgación, enseñanza, etc… No se puede festejar la creación de los ventiladores cuando su impacto es mínimo en una estrategia que no fue la adecuada”.  

Adicionalmente, agregó, el proyecto del Conacyt es reflejo de cómo llegó tarde a la pandemia y la emergencia causada por COVID —al inicio de la emergencia la dependencia aprovechó para hacer cambios en las comisiones dictaminadoras del  Sistema Nacional de Investigadores, en vez de desarrollar un programa intenso de colaboración. Se adelantaron instituciones como la UNAM o el Cinvestav, donde se desarrollaron, además de ventiladores, pruebas diagnósticas, tratamientos e incluso vacunas. 

“Incluso José Luis Alomía —director de Epidemiología de la Secretaría de Salud [en entrevista con El País]— dijo que el modelo matemático que utilizaron para proyectar el desarrollo de la pandemia —que fracasó— no lo daba a conocer porque era propiedad del Conacyt”. 

Entre los resultados del Conacyt y sus convocatorias en la emergencia sanitaria, el informe presidencial refiere “la donación de 1,504 litros de gel antibacterial y 100 piezas de caretas protectoras a instituciones de salud. Ese tipo de esfuerzos los hace un grupos de estudiantes son su propio dinero, pero que eso sea un logro de una dependencia como Conacyt para ayudar en la pandemia es ridículo”. 

BECAS O DÁDIVAS. Sobre el tema de becas y los números presentados por el Presidente —que son acumulados de años previos— Lazcano resalta que es reflejo de cómo este gobierno es de “dádivas”. “Es el gobierno de la asistencia, de dar dinero a los pobres (…) de igual forma reducen a Conacyt a una instancia que da dinero representado en las becas, pero en sí mismas sólo pueden ser vistas como parte de un proyecto de reforzamiento de los grupos intelectuales y de investigación, con la esperanza de que se creen nuevas tradiciones, eso es exactamente lo que no estamos viendo. Es preocupante, porque significa que el Presidente ni sabe lo que es la ciencia ni entiende ni le preocupa”. 

No obstante, más preocupante es cómo el recorte del presupuesto al sector de ciencia afectará el sistema científico el próximo año, enfatizó. “Y afectará a los más jóvenes que quieran hacer una carrera científica. Conozco casos donde se les recortó un año la beca de posdoctorado o se retrasó su entrega (…) se ha hecho poco por ayudarlos y eso es grave”.

El resultado del informe de gobierno en el sector es contradictorio respecto al discurso general que, en términos declarativos, es de izquierda, dijo. “Un rasgo de la izquierda es el proyecto de apoyar a la cultura y a la ciencia, pero vemos lo contrario, como recortes incomprensibles e inaceptables, incluso en instituciones como el INAH; y eso que la historia es una de las obsesiones y pretensiones de la pareja presidencial, al menos en la declaración, pero ni siquiera el instituto se salvó”. 

Fuente: Isaac Torres Cruz / Crónica