Científicos descubren que los ornitorrincos brillan en la oscuridad

Por: Administración
2020-11-07 14:51:30
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El ornitorrinco, una emblemática y extraña especie endémica del este de Australia y de la isla de Tasmania, es uno de los animales más curiosos del mundo. Posee características que lo hacen único, desde su pico de pato o cola de castor hasta sus patas de nutria.

Recientemente, un estudio publicado en la revista científica Mammalia por la bióloga Paula Spaeth Anich, profesora del Northland College, reveló un hecho sin precedentes: los ornitorrincos pueden brillar en la oscuridad.

Este animal se puede iluminar en un tono verdoso bajo rayos UV (ultravioleta). Dicho fenómeno se conoce como biofluorescencia, muy común en algunos hongos, fitoplancton, reptiles y anfibios. Sin embargo, sólo se sabía de dos mamíferos que tenían esta característica: zarigüeyas marsupiales y ardillas voladoras placentarias.

Lo anterior significa que se trata del primer informe de biofluorescencia bajo luz ultravioleta en un mamífero monotrema (mamíferos que ponen huevos en lugar de parir crías).

Los resultados obtenidos tras analizar a una hembra y un macho del Museo Field de Historia Natural en Chicago y otro ejemplar macho del Museo Estatal de la Universidad de Nebraska, indicaron que el ornitorrinco absorbe los rayos UV, con longitudes de onda de 200 a 400 nanómetros.

Además, vuelve a emitir luz visible, de 500 a 600 nanómetros, un proceso óptico que produce fluorescencia. Esta observación refuerza la hipótesis de los investigadores de que el rasgo es una adaptación a entornos con poca luz.

La siguiente imagen muestra en los paneles del medio una biofluorescencia de azul a verde de 500 nanómetros. La absorción de rayos UV está indicada por áreas oscuras en el panel de la derecha.

“Fue una mezcla de serendipia y curiosidad lo que nos llevó a iluminar con luz ultravioleta los ornitorrincos. Se cree que los monotremas se ramificaron del linaje marsupial-placentario hace más de 150 millones de años. Por lo tanto, fue intrigante ver que los animales que eran esos parientes lejanos también tenían pelaje biofluorescente”, señaló Spaeth.

Fuente: Milenio