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David Alfaro Siqueiros, transgresor del arte; a 50 años de su muerte

EXCELSIOR. A 50 años de la muerte de David Alfaro Siqueiros (1896-1974), que se cumplen el próximo sábado, aún no existe un catálogo razonado de su obra ni se ha consumado el rescate del Polyforum Cultural Siqueiros, obra cumbre del prolífico creador que permanece inaccesible desde octubre de 2017, cuando fue tapiado para retirar los elementos ajenos al edificio original e iniciar, supuestamente, la limpieza de los murales.

Mientras tanto, Irene Herner Reiss académica y crítica de arte, adelanta que trabaja en el libro Siqueiros documentado, que publicará en los próximos meses, una suerte de catálogo en el que estudia y disecciona al menos 150 obras de caballete del artista; y sugiere a los interesados en el muralista que vean su documental Quién era David Alfaro Siqueiros, con 19 capítulos que serán transmitidos por Canal 22 cada martes a las 19:00 horas, aunque la totalidad de la serie se puede ver en la plataforma FilminLatino.

Todo mundo conoce el nombre de Siqueiros, que es Monumento Artístico de México, y todo mundo lo venera como uno de los tres grandes. Sin embargo, muy pocos conocen su obra”, pese a que existe en México, Chile, Argentina, en Los Ángeles y Nueva York, dice Herner en entrevista con Excélsior.

Siqueiros es un gran artista del siglo XX, un creador experimental que integró a la pintura los lenguajes del cine, la fotografía y el dibujo animado. Además, es el padre de la pintura callejera y el primero que hizo tres murales que daban a la calle, en Los Ángeles, en 1932, y donde utilizó cemento en vez de cal y arena”.

Además, fue un creador con obra abundante y basta con recordar que mientras estuvo preso en Lecumberri (1960-1964) pintó más de 400 obras de caballete. “Fue un artista prolífico y muy político, un teórico del arte y escritor fantástico. Su archivo es riquísimo y conserva más de 10 mil negativos e imágenes”, apunta.

Una de sus grandes aportaciones al arte, asevera, fue concederle movimiento a sus piezas. “Fue un artista muy cinematográfico y de dibujo animado. Él consideraba que sus obras eran matrices fotogénicas, que estaban hechas para ser reproducidas mecánicamente, así que el reproducir su obra fue un deseo de Siqueiros porque era una manera de llegar a más gente”.

¿Por qué es tan relevante el mural que Siqueiros hizo en San Miguel de Allende? “Porque es un curso de poliangularidad que le dio a sus alumnos, pero como se peleó con el gerente del lugar, lo dejó inconcluso. Esa obra, en el Centro Cultural Ignacio Ramírez El Nigromante, es un ejercicio plástico sobre el cual bailan, brincan y vuelan sus personajes”.

¿Cuáles serían los murales imprescindibles de Siqueiros? “Para empezar, éste de San Miguel de Allende, el que pintó en el Hospital La Raza (Por una seguridad completa y para todos los mexicanos), el del Castillo de Chapultepec (Del porfirismo a la Revolución), que es mi favorito; el de Nonoalco-Tlatelolco (Cuauhtémoc contra el mito); los del Palacio de Bellas Artes (Nueva democracia y Tormento de Cuauhtémoc); y el Polyforum, que es la culminación de su obra, que están tratando de restaurar.

Pero necesitan construir un edificio adyacente para mantener (el costo) el mural, pero aún no consiguen el permiso. Y es una tristeza porque el Polyforum, que está en Insurgentes y no se puede ver La marcha de la humanidad, ya que está en muy mal estado”, explica. 

¿Sigue cubierto para que no se dañe? “Sí, pero de todas maneras es necesario restaurar y abrirlo (al público), pero hasta que les den permiso de hacer su edificio allí (a Esteban Suárez, hijo del empresario Manuel Suárez y Suárez, mecenas de Siqueiros), con ese dinero se mantendrá al Polyforum, que está en la avenida más larga de la CDMX… y allí tenemos ese monumento que está desperdiciado”.

¿Qué dice el Polyforum de nuestro tiempo? “Habla sobre las migraciones de los seres humanos, de todos los tiempos, así que es actual e importante en ese sentido”.

¿Considera que aún falta elaborar un catálogo razonado de Siqueiros? “Claro, lo que pasa es que se requiere y mi libro se acerca mucho a un catálogo razonado, pero faltan más cosas y eso sería una gran labor que tendría que hacer Bellas Artes, puesto que Siqueiros es Monumento del Patrimonio Artístico de la Nación”, concluye.