EL PAÍS. Carlos Alcaraz jugará su tercera final de Wimbledon consecutiva tras imponerse al estadounidense Taylor Fritz, número cinco del mundo, en cuatro sets: (4-6, 7-5, 3-6, 6-7 (6-8).
En un encuentro de juegos cortos y mucha igualdad, marcado por la eficiencia al servicio de ambos, el partido lo ha ganado el murciano por su solvencia, su serenidad y su capacidad de sorprender a su rival con el revés y con sus subidas a la red.
El español ha empezado el partido en la pista central rompiendo el saque del estadounidense, un buen arranque al resto que le ha permitido anotarse el primer set. El segundo se lo ha acabado llevando el estadounidense con dos últimos juegos excepcionales. Con velocidad y poco peloteo al inicio del encuentro, se han observado más cambios de ritmo a medida que se calentaba la muñeca. El español, solvente en el saque para contrarrestar el punto fuerte de su rival, ha exhibido su habitual destreza en la pista con alguna dejada marca de la casa. Fritz desprendía confianza y se crecía. La igualdad era máxima. Y así parecía mantenerse al inicio del tercer set. Hasta que ha renacido Alcaraz y su tenis alegre para tomar ventaja. Demasiados errores del de California a esas alturas del partido han dado vuelo al español, que ha rematado con una última ruptura de saque. El cuarto set ha mantenido la tónica de todo el encuentro: equidad, pero con un Alcaraz capaz de imponerse sin apenas perder la compostura. Lo mismo que en el tie break final.
Ahora, el murciano aspira a ganar su segunda final de Grand Slam en este 2025, tras Roland Garros. Y a hacer crecer su cuenta sobre el verde de Wimbledon tras conquistar las ediciones de 2023 y 2024. Se medirá al ganador del partido Sinner - Djokovic, que se disputa este viernes.