THE NEW YORK TIMES. Estados Unidos y México acordaron el jueves prolongar las conversaciones en torno a un posible acuerdo comercial durante 90 días más, evitando así los aranceles más elevados que el presidente Donald Trump había amenazado con imponer al mayor socio comercial de Estados Unidos justo antes de que comenzaran.
La noticia de la prórroga, anunciada por Trump y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en las redes sociales, se produjo después de que ambos líderes hablaron por teléfono el jueves por la mañana. También sucede tras arduas negociaciones entre ambas partes que durante meses habían causado aprensión entre los mexicanos sobre lo que Trump decidiría en última instancia.
El acuerdo mantendrá el arancel del 25 por ciento sobre todos los productos procedentes de México que no estén cubiertos por un tratado de libre comercio vigente entre Estados Unidos, México y Canadá. Estaba previsto que dicho arancel aumentara al 30 por ciento el viernes, fecha límite que fijó Trump para que los países de todo el mundo cerraran acuerdos o se enfrentaran a impuestos a la importación de hasta el 50 por ciento.
“Ha sido un acuerdo muy bueno, y coloca a nuestro país en una situación muy buena”, dijo Sheinbaum a la prensa, añadiendo que el “respeto mutuo” fue clave para lograr la prórroga. “Dentro de este nuevo orden comercial mundial, tenemos el mejor acuerdo posible”.
A cambio, dijo Trump en las redes sociales, México había aceptado “poner fin inmediatamente” a sus otras barreras comerciales, “de las que había muchas”, al margen de los aranceles. Funcionarios mexicanos dijeron que estaban discutiendo dichas barreras no arancelarias, entre ellas los mecanismos relacionados con la mano de obra y las disputas sobre propiedad intelectual.
El anuncio, no obstante, dejó muchas cuestiones sin resolver sobre la futura relación comercial entre Estados Unidos y sus dos mayores socios comerciales, México y Canadá, sobre todo porque Trump ha vinculado persistentemente la amenaza de aumento a los aranceles con exigencias políticas. En el caso de México, ha presionado mucho para que haga más por combatir a los cárteles de la droga, frenar el flujo de fentanilo y detener la migración hacia Estados Unidos.
Las descripciones positivas de México sobre su futuro económico con Estados Unidos contrastaron fuertemente con la creciente sensación de incertidumbre en Canadá. El anuncio de Trump sobre la pausa arancelaria con México no mencionaba a Canadá, y se produjo horas después de que dijera que la decisión de Canadá de respaldar la creación del Estado palestino “nos dificultará mucho llegar a un Acuerdo Comercial con ellos”.
El mes pasado, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, predijo confidencialmente que podría llegar a un acuerdo que eliminara todos los aranceles de Trump. El miércoles, su confianza se había disipado, y admitió que alcanzar cualquier tipo de acuerdo antes del fin de semana podría resultar imposible.
México no ofreció ninguna concesión adicional en su última ronda de conversaciones comerciales con Estados Unidos, dijo Sheinbaum, aunque las acciones futuras podrían implicar la reducción del déficit comercial de México con Estados Unidos y el aumento de la inversión de empresas estadounidenses en México.
“No se trata solo de una prórroga”, dijo su secretario de Economía, Marcelo Ebrard, durante la conferencia de prensa. “Es una posición muy ventajosa para México, en comparación con cualquier otro país”.
Sheinbaum dijo que un acuerdo de seguridad, que regule asuntos como el intercambio de inteligencia y el freno al flujo de precursores de fentanilo y armas ilegales, podría firmarse tan pronto como la próxima semana.
Trump impuso el arancel del 25 por ciento a todos los productos mexicanos en marzo, diciendo que era en respuesta a la llegada de migrantes y al flujo de fentanilo, mortal opiáceo, a través de la frontera. Días después, acordó suspender los aranceles sobre todos los productos incluidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. (En junio, funcionarios mexicanos dijeron que eso significaba que alrededor del 87 por ciento de las exportaciones mexicanas estaban libres de aranceles estadounidenses, en parte debido a la excepción concedida a los productos comercializados en virtud del acuerdo trilateral).
Cuando Trump amenazó con aumentar los aranceles mexicanos al 30 por ciento a principios de este mes, dijo que las autoridades del país habían cooperado en materia migratoria, pero no habían hecho lo suficiente para detener a los cárteles y el fentanilo.
A principios de esta semana, prometió que no ampliaría el plazo del 1 de agosto. Sin embargo, el jueves dio marcha atrás.
“Las complejidades de un acuerdo con México son algo diferentes a las de otras naciones, debido tanto a los problemas como a las ventajas de la frontera”, dijo Trump en su anuncio.
“Creo que nos respeta”, dijo Sheinbaum cuando se le preguntó sobre su relación con Trump el jueves. “Y nosotros le respetamos como vecinos”.
Trump dijo que México seguiría teniendo sus aranceles globales del 25 por ciento sobre los automóviles, y del 50 por ciento sobre el acero, el aluminio y el cobre. México ha estado presionando para que se reduzcan o eliminen.
El aplazamiento de 90 días de los aranceles del 30 por ciento “es un resultado positivo para México y una prueba de que la estrategia de ‘negociación y no confrontación’ que ha puesto en marcha la presidenta Sheinbaum está siendo reconocida por el presidente Trump”, dijo Kenneth Smith Ramos, quien fuera negociador comercial de México.
Sin embargo, añadió, quedó claro que México y Estados Unidos no lograron llegar a un acuerdo a largo plazo para eliminar los aranceles.
“Es un logro positivo para el gobierno mexicano evitar los aranceles del 30 por ciento. Pero yo lo veo más como un empate a cero”, dijo Smith Ramos. “La incertidumbre se mantendrá al menos durante los próximos 90 días”.