MILENIO. El Ejército mexicano duplicó en el último semestre el aseguramiento de adolescentes vinculados a la delincuencia.
De acuerdo con datos oficiales, las Fuerzas Armadas reportaron un alza del 98% al registrar 445 capturas de enero a junio, es decir, un promedio mensual de 74 jóvenes detenidos en flagrancia; mientras que en todo 2024 se realizaron 458, lo que significó un promedio de 38 al mes.
De 2013 a la fecha, el fenómeno de adolescentes asegurados vinculados al crimen ocurrió con mayor margen en estados con alta presencia de organizaciones criminales, como Tamaulipas, Guanajuato, Colima, Michoacán, Guerrero, Sonora, México y Baja California, de acuerdo con datos obtenidos vía Transparencia.
Con menos de cien detenciones destacan Zacatecas, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Morelos, Sinaloa, Jalisco, Durango, Veracruz y la Ciudad de México.
En algunas de estas entidades se ha reportado en los últimos años un reclutamiento importante de jóvenes por parte de grupos criminales, resultando los más visibles el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Santa Rosa de Lima.
Este modus operandi quedó al descubierto tras el hallazgo en marzo pasado del Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, empleado como un campo de entrenamiento. En julio pasado, MILENIO reveló que para el reclutamiento de jóvenes, el CJNG ofrece puestos de trabajo falsos con buenos salarios.
Cuando el aspirante es aceptado, lo citan en un negocio de comida rápida de Guadalajara o sus alrededores, y de ahí se lo llevan sin que se den cuenta de que iniciarán su vida criminal.
Otro caso es el de Paul Alexander y Carlos, dos jóvenes que desaparecieron en la misma entidad y que perdieron la vida en un enfrentamiento entre civiles en Culiacán, Sinaloa. Ambos, reclutados por el crimen organizado a través de redes sociales, según dio a conocer Salvador González de los Santos, Fiscal local de Jalisco.
Mientras que Ángel Fernando y Josué Guerrero, dos adolescentes de Guachochi, Chihuahua, desaparecieron luego de ser engañados con una oferta de trabajo falsa para la cosecha de sandías.
En el segundo lustro de 2000, el reclutamiento del crimen organizado ocurría con mayor frecuencia mediante el uso de la fuerza, secuestrando a sus víctimas —principalmente jóvenes— en sitios como centros de rehabilitación o en las calles.
Con el paso de los años comenzaron a emplear estrategias para atraer al sector juvenil mediante canales como los videojuegos, el uso de malware (aprovechándose de vulnerabilidades como fotos comprometedoras) en sus celulares; falsas ofertas de trabajo a través de redes sociales y citándolos en centrales camioneras, principalmente.
A principios de la segunda década y a la fecha, la guerra interna entre los Cárteles del Noroeste, del Golfo, de Jalisco Nueva Generación, Santa Rosa de Lima y Los Zetas.
Así como la merma de sus integrantes por parte de las autoridades —por abatimientos o capturas— provocó su debilitamiento y, por tanto, la necesidad de un reclutamiento desesperado por parte de esos grupos criminales.
Esa combinación de factores convirtió a Tamaulipas en la entidad en donde el Ejército detuvo al mayor número de adolescentes, seguido de entidades como Michoacán, Guerrero, Colima y Guanajuato, entre 2013 y 2019.
Conforme terminaba esa década y comenzaba la de los 20, el mapa fue cambiando, llevando a Colima a la cabeza de los aseguramientos adolescentes, dejando poco a poco atrás a Tamaulipas y reportando más exenciones en Guanajuato, no dejando tregua en Michoacán, Guerrero, Nuevo León y México.
Además de apareciendo en el mapa Jalisco, Baja California, Chihuahua, Sinaloa, Morelos y Zacatecas.
En tanto, en lo que va de este año, las entidades con la mayor cifras de detenciones en flagrancia son Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa y Veracruz.