LA JORNADA. A las cuatro de la madrugada de este martes todas las unidades militares, policiales, sistemas de armas, Milicia Nacional Bolivariana, órganos de seguridad ciudadana y comandos para la defensa integral comenzaron un despliegue “masivo en todo el territorio venezolano “para asegurar la integración de los elementos del poder nacional en la misión de enfrentar las amenazas imperiales”.
Así lo dio a conocer el general Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, a través de un comunicado divulgado muy temprano en redes sociales. Padrino señaló que se trata de una “fase superior del Plan Independencia 200”, dispositivo defensivo que ya fue activado el mes pasado ante el incremento del despliegue militar de Estados Unidos en el sur del Caribe que, según informes de prensa y declaraciones de funcionarios de Washington, apunta directamente a Venezuela con la excusa de “combatir el tráfico de drogas hacia Estados Unidos”.
En el transcurso de la mañana se fueron divulgando imágenes de las diferentes regiones de Venezuela que muestran a efectivos militares tomando las armas y movilizándose en el territorio.
Optimización de la “lucha armada y no armada”
La comunicación del Ministerio de la Defensa detalló que este ejercicio, que se extenderá hasta el miércoles 12 de noviembre, comporta “el despliegue masivo de medios terrestres, aéreos, navales, fluviales y misilísticos” para la “puesta en completo apresto operacional” de la estrategia de defensa de la nación. También se precisa que el objetivo es la optimización del “comando, control y comunicaciones en el marco de las formas de lucha armada y no armada”.
Además de las movilizaciones propiamente armadas, el despliegue involucra el aseguramiento de los servicios públicos como suministro de electricidad, agua potable y combustible, asistencia médica, abastecimiento y distribución de alimentos para la población.
Venezuela se mantiene en alerta permanente desde que el gobierno de Estados Unidos comenzó una movilización de unidades militares en el Caribe sur en el mes de agosto, que incluye al menos 10.000 tropas, ocho buques de guerra, aviones caza, aviones bombarderos, helicópteros de élite y un submarino nuclear. Además, fue anunciada la incorporación del portaviones Gerald Ford, que se dice es el más grande y moderno de la flota estadunidense.
Todas estas operaciones son desarrolladas por el Comando Sur y, hasta ahora, las acciones concretas realizadas han sido el bombardeo de 19 lanchas (entre el Caribe y el Pacífico oriental) que presuntamente cargaban drogas, aunque la información compartida por el Pentágono ha sido demasiado vaga y nunca han presentado prueba alguna de que dichas embarcaciones efectivamente estuvieran traficando drogas. Expertos independientes de la ONU han calificado estos hechos como “ejecuciones extrajudiciales” y los gobiernos de Venezuela y Colombia han denunciado violaciones de derechos humanos y han señalado a Washington de cometer estos asesinatos para justificar una agresión militar cuyo objetivo último sería el derrocamiento tanto del gobierno de Nicolás Maduro como el de Gustavo Petro.
Recientemente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que los ataques que hasta ahora han ocurrido en el mar se trasladarían a operaciones terrestres, sin aclarar si esto implica atacar directamente territorio venezolano. Sin embargo, en Caracas se han tomado muy en serio las amenazas y el gobierno ha asegurado que tanto la Fuerza Armada Nacional Bolivariana como el pueblo venezolano están listos para defender su soberanía.