Opinión / Entomafobia

Nausea

Muy, muy por adelantado a lo que marca la ley y empujado por el violador consuetudinario de la misma, el partido en el poder y el frente amorfo por México nos regalaron (en contra de nuestra voluntad) dos meses y algo de procesos internos para designar a una persona a un puesto eufemístico que terminará siendo su (ahora podemos decirlo) candidata a la presidencia.

Sin sorpresa, la secta-partido del presidente destapó a Claudia Sheinbaum, no sin antes brindarnos un grotesco espectáculo, donde hubo regaños, descontones, acusaciones, rupturas que no terminan de concretarse y todo a cargo del erario (porque sí, eso de que sólo podrían erogar cinco millones de pesos cada aspirante morenista, ni en-las bardas). Donde parecía que el que más rebajara su dignidad y fuera más salamero con el gran elector sería el elegido (¿encuesta? las falanges de Andrés, porque anunció a su ungida por lo menos dos años atrás).

 La gran simulación de Morena cierra con una pantomima (y si le digo pantomima es porque el simbolismo que pretendió el tlatoani darle sólo tiene sentido en su mentecita loca y le falta la profundidad que tiene en aquellas comunidades donde este acto tendría validez) de la entrega de bastón de mando afuera de un restaurante muy conocido del centro de la CDMX.

Y los de enfrente no se quedaron atrás, la coalición (formada por PRI, PAN, PRD y los “representantes” - autonombrados - de la sociedad civil) cuando se dieron cuenta que otra vez el tiempo se les estaba acabando sacaron un proceso, medio al vapor, sí, deficiente, sí, confuso, también, pero al menos abierto al escrutinio público, y que fue concurrido por los rostros de siempre (algunos bien queridos y otros no).

No, no estoy diciendo que lo hicieron mejor que los oficialistas, sino que fue “menos peor” y que, a pesar de las dudas, salvaron el gran error de los lopezobradoristas: hicieron las cosas PÚBLICAMENTE y no en lo oscurito.

No es que prendieran al electorado, pero en lo personal, la idea de los foros me pareció, por lo menos, interesante. Y sí, los primeros fueron unos somníferos insufribles, cuando Catalino Creel se baja y deja a una Beatríz Paredes, política de pies a cabeza, institucional y de discurso claro y articulado y a un fenómeno llamado Xóchitl que ha sabido hablarle a posibles votantes (que eso no quiere decir que a todos nos guste su locuacidad). 

Xóchitl ganó en las encuestas. Paredes se baja… ¿y la elección? Pues se canceló y la hidalguense gana la “coordinación” (eufemismo). Para quienes siguieron el proceso les hubiera gustado ver que este terminara para evitar los sospechosismos… para los más pragmáticos, la diferencia en las encuestas era insondable y la elección estaba por demás… patata - potatoe... en fin: proceso nuevo y perfectible. 

Afortunadamente, los fanáticos morenos tiene una desangelada candidata mimetizada con su mesías y los frentones una candidata que supo aprovechar el momento y el empujón involuntario que le dió el presidente al negarle algo muy sencillito: derecho de réplica. Afortunadamente el show patético no terminó, pero al menos está en pausa..

Ahora, agarrense para lo que viene… Una Claudia que tendrá todo los recursos ilegales del gobierno federal y de una veintena de gobiernos estatales, con todo el aparato del poder soltando mentiras a diestra y siniestra para desalentar el voto de la contraria y usando descaradamente la bandera de los programas sociales como moneda de cambio… y una Xóchitl que puede ser víctima de su propia lengua.   

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